La historia reciente de Venezuela está llena de estadísticas y anécdotas desalentadoras, propias de los más rebuscados cuentos de distopías totalitarias. Vale decir que, los relatos inverosímiles que llegan a trascender en las noticias son ciertos, pero, aun así, la verdad no ha sido contada en su totalidad.
En este mismo orden de ideas, cuando se hace una reseña periodística, se sube un artículo de opinión en línea o se publica el análisis riguroso de un especialista, se suelen destacar cifras como las de pobreza, desnutrición, muertes violentas, inflación y detenciones arbitrarias, pero poco se indaga en el origen de esos efectos tan nocivos, su fundamentación ideológica y —quizás la pregunta más importante de todas— cómo es posible que esta situación continúe sin ningún signo de mejora.
Por esta razón, era necesario refrescar la memoria de los venezolanos, así como exponer la realidad del país —quizás por primera vez— a los extranjeros. Desde 1999 e, incluso, décadas antes, en Venezuela se ha desarrollado un movimiento que persigue el poder y el desmantelamiento de las instituciones sociales que han hecho posible el progreso de la humanidad. Su fin fue, y sigue siendo, el establecimiento de su grupo como el núcleo de toda actividad pública y privada en el país y, para ello, requerían destruirlo todo y sentar las bases de un sistema de control capaz de mantener a toda una nación en un estado de sumisión y carestía.
Este proceso fue largo y meticuloso. En una primera etapa, la acumulación de las bases materiales para la conducción del proyecto ideológico fue la prioridad; seguidamente, requerían disminuir las posibilidades del surgimiento de una alternativa interna, así como asegurarse de que en el exterior nadie cuestionara sus procederes. Para esto, las relaciones bilaterales y multilaterales, así como las políticas asistencialistas servían como instrumentos de propaganda.
En este sentido, el séptimo capítulo del libro, Después del socialismo, libertad, recoge los grandes hitos que hicieron posible avanzar las políticas socialistas que, desde el principio, fueron concebidas como mecanismos de control.
Una lectura interesada de este capítulo —y del libro en su totalidad— puede brindar algunas luces sobre cómo Venezuela devino en este estado bochornoso y frustrante. Sin embargo, la intención con esto no es externalizar la desesperanza sino, más bien, compartir las lecciones de Venezuela para que su experiencia no se repita en ningún otro país. Para ello, hemos dispuesto nuestros testimonios y proposiciones, unos nacidos del estudio, pero también las vivencias en uno de los contextos más difíciles dentro del hemisferio occidental.
La expectativa final es contribuir con la formación de una generación inclinada a las ideas en favor del individuo, que esté dispuesta a transformar esta crisis en una oportunidad de comenzar desde cero, teniendo a la libertad como valor cardinal.
Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.