Ante la bandera de la izquierda y del nacional populismo peronista, siempre Hebe es aclamada como un ejemplo y erigida como una delegación de autoridad sobre la cual justificar cualquier accionar. Una vez más, la misma persona que festejó el atentado a las Torres Gemelas, que pidió probar pistolas en la hija del ex presidente Macri y tantas otras atrocidades contra la humanidad de las personas, sale a justificar a la dictadura de Maduro, la misma que ya asesinó más personas que el régimen de Pinochet que tanto es invocado por el guerrillerismo hipócrita del cambalache cristinista.
Nicolás Pierini
Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política y el Profesorado en Geografía en la Universidad Nacional de Mar del Plata
Coordinador Senior y Director del Departamento de Estudios de Estudiantes por la Libertad Argentina
La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, disparó munición gruesa contra el Gobierno nacional luego de la postura a favor que tomó la Argentina sobre el informe de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que condena la violación a los Derechos Humanos en Venezuela. En declaraciones extremistas y con una cuota insoslayable de desprecio a la democracia, la dirigente kirchnerista no tuvo filtro y si bien nunca nombró al presidente Alberto Fernández, apuntó sobre el canciller Felipe Solá. “Estoy avergonzada de lo que hicieron ayer, avergonzada del canciller. Es un tipo que no sabe dónde está parado ni qué es lo que está representando. Me dio mucha vergüenza. No sé cómo pedirles perdón y disculpas. Ellos recibieron a tantos argentinos que se iban del país cuando la dictadura nos corrió. Y con qué amor”. Y siguió: “Más que nada les quiero pedir perdón al pueblo de Venezuela, a Maduro y también a Néstor y a Chávez porque Chávez nos dio una mano cuando nadie nos daba. Nos dio dinero. Lo ayudó a Néstor. Y Néstor lo quería y lo respetaba mucho a Chávez y al pueblo de Venezuela”.
Bonafini de esta manera profundiza la grieta iniciada por la ex embajadora en Caracas, Alicia Castro, quien también había criticado al Gobierno por su cambio de postura y, por ese motivo, renunció como Embajadora argentina en Rusia. “Conozco a ese pueblo, lo que sufrió ese pueblo y lo que le dio Chávez. Lo conozco a Maduro y conozco lo que está haciendo para sostener ese gobierno al que lo quieren sacar. Así que perdón Maduro, perdón pueblo venezolano, perdón por lo que hizo el canciller. Perdón en nombre de las Madres y en nombre de millones de argentinos que hoy estamos avergonzados de tener semejante canciller. Perdón, perdón, perdón, mil veces perdón”, concluyó Hebe.
En efecto, la supuesta dueña de la moral, la abuelita tranquila que se encontraba al mismo nivel de San Martín, no deja demostrar la doble vara kirchnerista más acérrima, despreciable y profundamente republicana del fascismo kirchnerista. El tira y afloje del sector moderado del “Albertismo” no es más que una desviación de la acción racional planteada por el núcleo duro de la jefa de la banda y, cuando esto sucede, la artillería pesada dispara contra ajenos y también contra propios. No es un contrapunto más en el gobierno, puede ser el punto de partida del desmoronamiento del castillo de naipes.
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