¿Qué sería de la libertad de expresión de no existir las redes sociales con las que contamos hoy en día? Durante las últimas horas me he explayado tratando de darle un buen hilo a esta pregunta, es muy seguro que se me escapen muchas teorías que podrían compaginar sin mayor problema con la cuestión inicial, también y aunque fuese ese mi propósito estoy consciente que no podría resolverlo en el breve espacio que se me proporciona, al mismo tiempo el lector caería en un revoltijo tremendo que quizá le termine causando un sueño y desinterés por el artículo, sin más que agregar veamos qué es lo que va saliendo de mis desvaríos.
Yeffry Estrada
Es difícil concebir la existencia de una sola especie viviente que no interactúe con sus semejantes, a muchos animales se les dio la habilidad de emitir gruñidos, gritos y hasta pareciera que la vocalización se les da bien pues hay sonidos que los seres humanos podemos interceptar pero no podemos descifrar, a otras especies se les dotó de una habilidad extra de poder comunicarse a través de señas, otros en cambio, han podido interactuar durante la temporada de celo expidiendo olores que sensibilizan las vías olfativas de la especie del sexo contrario, a esto podemos sumarle que otros pocos tienen la facultad para que sus colores corporeos tomen distintas tonalidades, en fin, este y otros tipos de comunicación como el de los seres humanos; como lo son los ruidos, las señas, por supuesto el lenguaje y aunque parezca sorprendente el cambio de colores corporales, como medios para expresarnos necesitan a parte de un emisor, un receptor y también de un canal, uno que se adecue a nuestras demandas, es claro que una charla será muy distinta si la tenemos en medio de una multitud manifestándose a que si la tenemos por medio de WhatsApp encerrados en nuestros cuartos y después de terminar nuestros deberes, tal vez en el último supuesto nuestra charla termine bifurcándose a temas que no tocaríamos ante la manifestación.
Es durante los recientes acontecimientos en donde la mayor parte de mis pensamientos se han enfocado a la libertad de reunión, libertades económicas y la libertad de tránsito, éstas han tomado un lugar importante y he de admitir que el tema de la libertad de expresión ha quedado relegado, eso ha sucedido gracias a que en la actualidad mi libertad de expresión ha pasado a un escaño secundario, pues es muy sencillo para mi plantear mis inquietudes, anhelos y demás a un grupo selecto de amigos a través de las redes sociales, ya sea comunicándome con ellos por chat (modalidad escrita), por llamada (verbal) o por videollamada (visual, escrita y verbal) sin necesidad de salir de casa, este manejo de las redes ha sumado a la actividad interrumpida de las clases académicas, de los proyectos personales y hasta de las labores de muchos establecimientos que han hallado en el E- Commerce un lugar (si así se le puede denominar) en el cual no dejar de producir riqueza.
Con lo mencionado no quiero decir que la libertad de expresión se reduzca a la facilidad de acceder a los medios virtuales para extender un mensaje pues entraríamos en un tema claro y obvio de desigualdad, muchos de los lectores seguramente tienen la accesibilidad a los medios que he comentado de manera sencilla, pero la libertad de expresión va más allá, es la facultad irrestricta de comunicar tu opinión, tu expresión sin que por ello recibas coacción de determinado tipo y de determinado ente, aunado a esto y como lo recalqué en la introducción el tema es muy amplio por lo cual he decidido a enfocarme a los beneficios que nos producen las redes sociales, eso dejando de lado la reciente instrucción del presidente norteamericano referente a las redes sociales, también a los límites y censuras impuestos por Facebook en muchas de las publicaciones.
A pesar de todos los conflictos que están aconteciendo no podemos negar que las redes sociales nos han permitido cambiar nuestro lenguaje, hemos adoptado nuevos símbolos y los hemos difundido como parte de nuestra identidad virtual, tal es el caso de los avatares en Facebook, de los memes, de los emojis, de los stickers, de las contracciones de palabras que muchas veces derivan en una modificación de nuestro lenguaje verbal, estamos alternando en personalidades que estriban en lo que somos en la realidad tangible y lo que somos en la realidad virtual, en lo que expresamos de forma personal en un relación uno a uno y lo que expresamos de forma virtual en una relación uno a un círculo amplio de contactos, esto nos deja con muchas preguntas que no solo ocuparían el ámbito psicológico y filosófico pues nuestras relaciones generan a su vez más de lo que podemos percibir a simple vista.
La tecnología nos ha hecho prescindir de todo contacto humano para sentirnos más cerca a los nuestros.
Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa