Aclaro desde las primeras palabras: no tengo los elementos para establecer una descripción filosófica del momento actual; solo vengo a imprimir una opinión. La dictadura de la instantánea tiene ese nombre por dos motivos. Por el momento sólo me concentraré en la última palabra: en efecto, instantánea refiere al momento y a fotografía. Justamente, a lo que me refiero es al monopolio y la imposibilidad de la disidencia ante lo que se encuentre por el mecanismo fuera de la instantánea.
Nicolás Pierini
Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política y el Profesorado en Geografía
Coordinador Senior y Director del Departamento de Estudios de Estudiantes por la Libertad Argentina
Así como pasamos de una modernidad sólida con grandes teorías e ideologías a una modernidad líquida, así como pasamos de una modernidad a un posmodernismo donde todo lo sagrado se profana, donde todo lo sólido se desvanece en el aire, donde la mentira y la verdad se confunden en la post verdad, creo firmemente que los primeros tiempos de esta década están siendo ocupados por la dictadura de la instantánea. Pensemos mejor el concepto.
Lo que quiero referir es que con el dominio absoluto de la interconexión virtual, el conocimiento del individuo se produce por ciertos parámetros visuales adaptados al mundo digital del cual todos somos parte. Allí, las categorías de apreciación fisiológica naturales y culturales indican los parámetros de acción y desviación del accionar individual. En efecto, la posesión del seguidor no es erudición; tampoco es algo o bueno per sé, simplemente se trata de descripción del proceso de igualación transmitida casi como un hecho social por parte del consentimiento de los ciudadanos hacia parámetros de acción concretos donde el seguidor busca como ideal, como nueva ideología el sujeto carente de ideología aunque parezca una paradoja.
Me explico mejor: la dictadura de la instantánea no usa a líderes mesiánicos cuasi sofistas para admirar sino que, justamente, pone el énfasis fuera de los procesos mentales y transmite como doctrina lo exento de producción mental. Con esto no digo que esos sujetos no poseen pensamientos o sean estereotipos. En cambio, lo que digo es que los aspectos valorados no son los procesos mentales. Tampoco digo que cumplan con los “parámetros de belleza” porque de hecho esto también aplica para los dictadores de lo instantáneo que basan su poder en la lucha contra el estereotipo visual pero con mecanismos visuales, no de producción mental. Ellos también utilizan el mecanismo de la instantánea con lo fisiológico, por lo tanto también convalidan el accionar; ellos también son partícipes.
En sumatoria, el concepto necesita mucho más desarrollo pero si algo quiero evidenciar es que ninguno de nosotros puede negar que el confinamiento acelera los procesos de utilización y convalidación de la dictadura de la instantánea. Esta dictadura no es de un Estado – nación o una empresa: es de los propios consumidores. Tampoco genera daños en las personas o cercenamiento de la libertad de expresión: solo genera patrones de comportamiento y establecimiento de verdades absolutas.
Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa