En la política es común que se presenten problemas donde las cuestiones éticas y morales toman una significativa importancia al momento de decidir. Siempre que nos enfrentemos a estas circunstancias, los casos difíciles, es muy probable que primero encontremos la respuesta y luego busquemos el modo de justificar. Sin embargo, ¿Qué ocurre cuando una sociedad carece de convicciones morales?
Es bien sabido que en la mesa de un argentino jamás hay que hablar de fútbol, religión y política. Si bien es cierto que estos temas despiertan una ferviente pasión puede ser que, en el caso de la política, esta no provenga de una verdadera convicción si no de una fe ciega.
Históricamente nuestra sociedad se ha visto influenciada por distintas formas de personalismos. La guia no han sido valores o ideas, sino caudillos que han sabido movilizar a las masas.
No hay demócratas contra republicanos. No hay conservadores contra progresistas, ni socialistas contra liberales.
Tenemos peronistas que según la época van reinventando sus valores, radicales que no sabemos muy bien qué pretenden y una izquierda poco definida y con miembros culposos de su condición de burgués.
Las ideas tienen un rol fundamental al momento de tomar decisiones. Una sociedad sin estas no tiene norte, no sabe que quiere. Solo sigue al conductor de turno.
Actualmente las ideas se basan en slogans carentes de contenido. Frases hechas que se repiten hasta el hartazgo, pero que no nos llevan a nada.
Antes se perseguía la “Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social ”, hoy es el “Estado Presente”, la necesidad de un nuevo “Pacto Social”, y la “Nueva Normalidad” que transforma a la sociedad en una más unida y solidaria.
No hay ideas. Solo conducción y hashtags de moda.
Sin embargo, si hay una expresión de deseo. La gente quiere estabilidad, salud, educación, mejor calidad de vida, mejores trabajos.
Pero estos solo son objetivos. Se necesita un camino para llegar a estos, por medio de las ideas. Porque en base a las ideas se crean las instituciones y a partir de estas el progreso tan deseado.
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