Me gustaría iniciar con algo de contexto histórico en tema drogas o sustancias.
El ser humano a lo largo de la historia ha consumido distintos estimulantes.
Se tiene registros de seres humanos que consumían opio y derivados desde 3000 a.C. en distintas zonas de Asia, en la sociedad Azteca distintas variedades de hongos y el más controversial que sigue dando qué hablar hasta la actualidad, la hoja de coca.
Ha permanecido en la humanidad durante siglos, en mayor y menor medida, y ha traído consecuencias, pero ¿Qué no es eso lo que nos llevó a reconocer cada uno de sus efectos no deseados? La completa responsabilidad individual al ser el mismo consumidor quién sufre los efectos de la misma. Sí, personas cercanas al consumidor correrían riesgo de sufrir consecuencias no deseadas como un hijo ebrio en el caso del alcohol, pero pasemos a las consecuencias de la prohibición.
Se dice y demuestra que el consumo excesivo de éstas trae consecuencias nefastas, me gustaría completar la frase: Combatirlas y prohibirlas trae consecuencias en extremo abismales.
Luis Gustavo Cuellar Avaroma es estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública y Administrador en Pyme Local.
Y es que es la excusa perfecta que usaron los ”líderes” mundiales, para inflar presupuestos, cometer crímenes con una carta blanca que les otorgue la excusa de la guerra contra las drogas, restringir todo tipo de libertades, el nulo derecho a la privacidad y hasta ha desembocado en dictaduras.
El mejor ejemplo es tal vez la prohibición a la venta de alcohol en los Estados Unidos entre 1920 y 1930, historia reconocida por muchos ya sea por investigación o gusto por el buen cine. En esta época la prohibición se basó en los terribles efectos de su comercialización y consumo. ¿Cambió algo? Por supuesto, el consumo continuó, al convertir en ilegal un mercado, el negocio pasa a manos de organizaciones criminales, que están dispuestos a pagar el precio de arriesgar su vida por las ganancias mayores que un mercado negro puede llegar a ofrecer.
Milton Friedman advertía en los 70 que era imposible terminar con el tráfico de drogas y que prohibirlas era la peor estrategia para los usuarios y en los 90 aseguró que el crack existió gracias a la prohibición.
Vargas Llosa asegura en una conferencia en Buenos Aires textualmente: ”La legalización es una forma de acabar con el narcotráfico” poniendo ojos en los hechos de sangre que ocurren día a día en México.
Y es que es la receta perfecta para un gobernante totalitario, inventar un enemigo invisible, justificar sus acciones que diluyan las libertades para tener más control en la sociedad, inflar presupuestos en ministerios asociandolos de cualquier forma a que éstos ayudarán a combatir en tal guerra y hasta existen múltiples casos de agentes de alto mando militar y policial, envueltos en corrupción por lazos con el narcotráfico.
Es por éso que no existe incentivo alguno entre los gobiernos para terminar con ésta guerra, son conscientes de que en cualquier momento que requieran votos o financiamiento, pueden sacar el as bajo la manga de la receta perfecta.
Décadas han pasado y lo más evidente, resultados positivos 0.
Vidas perdidas de inocentes todos los días, desconfianza a las autoridades policiales en áreas rurales donde se maneja la producción, presupuestos altísimos para armamento que bien puede ser ocupado en contra de la misma sociedad a gusto de algún capitán o coronel corrupto, mafias gigantescas operando y transando con sectores políticos para llegar al poder.
Legalícenla.
Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.
